Reflexionando antes del día de reflexión

Hace unos días, tuve la oportunidad de asistir después de estudiar toda la tarde al mitín de una fuerza política para las próximas elecciones municipales a la que asistió el coordinador general de la Comunidad Autónoma de la misma.

Independientemente de la afinidad política que uno tenga, es un acto de una relevancia considerable. No todos los días se escucha en directo a un coordinador general a nivel de Comunidad Autónoma, y no entiendo a los que están metidos en política que ven a los demás partidos como contrincantes que sólo sirven de obstáculo para intentar derrotarles, en lugar de construir alianzas. Pero eso es un tema para otro post entero.


Construir y crear lazos en lugar de destruir. 

Morata y la gestión del capital humano

Álvaro Morata, ex jugador del Real Madrid y actualmente en las filas del equipo italiano de la Juventus de Turín fue el gran protagonista de la semifinal de la Uefa Champions League que enfrentó a ambos equipos en la que decidió con goles tanto en el partido de ida como el de vuelta.

Morata, canterano crecido en las filas del Real Madrid es un ejemplo de cómo no se debe gestionar el capital humano aplicado al deporte, en concreto al fútbol, que podemos comparar con casos reales que se dan en las empresas dentro del mercado laboral y vamos a usarlo como tal en este caso.

El Real Madrid, antes de su venta a la Juve, había formado al jugador, invertido tiempo, dinero y oportunidades en su crecimiento y desarrollo, convirtiéndolo en un activo interno importante de la casa, en un recurso potente, en capital humano, con potencial para generar productividad. Goles.

Sin embargo el Real Madrid tiene una política definida con los fichajes, su estrategia es la inversión económica. Por lo tanto no le importa desembolsar grandes cantidades de dinero para fichar a los mejores jugadores del momento, y eso le repercutirá en volumen de ventas además de victorias.

Pero no siempre ocurre así, en el caso de Morata, era necesario darle más confianza, invertir en tiempo y gestionar la carrera profesional del jugador, los encargados de la gestión de RRHH dejaron escapar un activo que ya tenían en su plantilla y que además estaba sensibilizado con el club, que por otra parte sí había hecho un buen trabajo de fidelización interna con el jugador, haciéndolo sentir parte del equipo siempre, incluso cuando se enfrentó a él. 

Como pudimos comprobar, no celebró los goles del pase de la Juventus que él mismo había marcado, los más importantes de su carrera. En declaraciones del jugador después del partido de vuelta decía "Ojalá hubiera marcado el gol contra otro equipo".

En definitiva, el Real Madrid no hizo gala de la importancia que tiene retener al capital humano, provocando así el efecto contrario. Ese capital se fue a la competencia en la que sí supieron sacar de él rendimiento como tal capital, dándole muchos minutos hasta llegar el día que hizo daño además a su anterior equipo, a su anterior empresa. Eliminándoles. 

En las empresas ocurre lo mismo, muchos trabajadores importantes que no han sido adecuadamente gestionados por falta de planificación, de un desarrollo interno de la carrera, han sido directamente despedidos, como en el caso de Morata con su venta o las empresas no han podido retenerlos y ellos mismos han sido los que han buscado alternativas en el mercado que por otra parte los demanda como capital humano de calidad.

Hay mucho trabajo que hacer en la gestión de los recursos humanos y por tanto, una pregunta a plantearse por todo aquel que gestione personas quizás sea, ¿nos estamos jugando el pase a la final de la Champions y no nos damos cuenta de que con la adecuada gestión de nuestro propio capital humano podemos llegar?. ¿Tenemos algún Morata en nuestra empresa? 


El mercado laboral y tu capacidad de elección

Eres joven, y sientes que has entrado en el mercado laboral en la peor época posible. Un período que está marcado por la crisis, los contratos basura, la precarización de las condiciones de trabajo, la inmigración y todos los problemas sociales que esas características causan con su doble filo.

No podemos negar la realidad, todo es cierto y el mercado laboral es una mierda.

A pesar de ello, existe esperanza, y no hablo de que nadie vaya a darnos una barita mágica para cambiar la situación general y el contexto del mercado vaya a girar 180º, no. La esperanza está en todos y cada uno de nosotros, siempre que queramos afrontar la realidad de cara, y frente a frente, ser capaces de gestionar (al menos en nuestro ámbito de influencia) lo podrido de la situación.