Competición




Hoy día el mercado de la incertidumbre es posiblemente el lugar donde más competencia exista.



Es así porque en él estamos todas las personas. Un grupo infinitamente heterogéneo de gente con expectativas diferentes, con deseos diferentes, con necesidades diferentes, y lo vemos cada uno desde una perspectiva subjetiva en la que para unos las cosas que suceden son de una forma y tienen un impacto totalmente diferente a cómo son vistas por el resto.



Pero hay algo, una idea que todos tenemos en común: Nadie estará nunca por encima de mí.



Si todos tenemos esta idea…. ¿cómo hacerla posible?


Compitiendo.







No es por casualidad que todos sintamos esto, es porque nos lo han enseñado desde pequeños, es nuestra cultura. Nos han educado en un clima de competición en todas las etapas de nuestra vida.

“Etapas de nuestra vida” : Hasta la forma de decirlo es competitiva, “las etapas”, tienen finales, y cuando finalizan, pierdes o ganas depende de la posición que te encuentres a su fin. Un niño que pasa a adulto maduro ha ganado supuestamente en su etapa, si no ha conseguido madurar, ha perdido frente a otros. Y una persona mayor que pasa a su vejez, ha perdido porque simplemente se ha hecho viejo y ya no sirve.


¿Por qué hacemos esto? ¿Es bueno?



A las personas nos han enseñado desde pequeñas a competir, no cabe duda.



Y no está mal del todo, la competición debe ser vista como algo para superarse uno mismo antes que sobre los demás, para llegar a ser capaces de controlarnos a nosotros mismos, y de aprender a hacer esfuerzos que lleven una recompensa. Nos ayuda a superar nuestras limitaciones.



Creo que a pesar de que competir tiene matices positivos en el ámbito personal de cada uno, por el hecho de poder superarse a uno mismo y ver hasta dónde somos capaces de llegar. Pienso que estamos llevándolo a un extremo mucho más allá, estamos compitiendo por todo.



Competimos, en los procesos de selección, en las forma de relacionarnos, en el trabajo, y en todos los aspectos de la vida.



Miramos sólo nuestro ombligo y si no ganamos, nos llevamos una decepción, o peor aún, intentamos fastidiar a toda costa al que nos ha vencido.



Competir implica valores de empatía, y eso no nos lo ha enseñado nadie, ser competitivo por tus propios medios implica ser consciente de que estás jugando con personas como tu, y si no ganas, debes de felicitar al compañero que te ha ganado e intentar hacerlo mejor la próxima vez, porque habrá una próxima vez, si lo haces bien.



Hoy he visto un gesto muy bonito de una compañera de facultad. Estoy dentro de un grupo de facebook donde sólo hay compañeros de mi universidad con la misma titulación que yo, esa compañera ha publicado un anuncio sobre el negocio que ha montado otro de nosotros, para que nos apoyemos entre nosotros y podamos ser sus primeros clientes y así ser partícipes, darle nuestro apoyo. Tal vez así también, más podrían animarse a emprender. Es un gesto que pocas veces se ve en este mercado y desde aquí me gustaría felicitarla por su buen gesto además de por su buena idea.



Hoy día necesitamos compartir y no competir.



El hecho de competir toda la vida nos ha llevado a la situación que vivimos hoy en día. Y poniendo un ejemplo muy claro, expresivo y sin valorar otros motivos, ha llevado a que unos en la competición mundial se lo queden casi todo, y otros se mueran de hambre.



La competición tal y como la conocemos ya no sirve, lleva a la codicia, la codicia lleva al egoísmo, y el egoísmo lleva al odio.



El odio lleva a sólo buscar el bien para nosotros sin que nos importe nada lo que les pase a los demás, a triunfar a costa de otros, sin importar si les haces daño o no, y no a colaborar entre todos para que se puedan conseguir cosas por consenso. No sabemos que así realmente ni a nosotros mismos estamos haciéndonos el bien.



Están tan cerca morfológicamente las palabras COMPETIR y COMPARTIR.



¿Es algo premeditado, o simple casualidad? Cambiando un par de letras cambiamos el significado de la palabra, lo mismo que cambiando una simple idea, podemos cambiar la forma de interactuar para mejor, y de llevar y hacer las cosas de otro modo, adaptadas a las necesidades de hoy en día…




Escribo una entrada cada día de la semana (o al menos eso intento), te invito a que te pases por el mercado de la incertidumbre siempre que te apetezca, para leer y debatir si quieres cualquier cosa, sugerir cambios,  mejoras, o dejar algún comentario.

Si prefieres ponerte en contacto conmigo directamente, estoy en twitter como @juanjocesc




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por cada comentario que dejes aquí, menos incertidumbre habrá en nuestro "Mercado". Gracias! Juanjo.