Dicen, dicen, dicen.

Dicen que para escribir algo de calidad, o para que sea leído (conceptos que no tienen porqué ir de la mano siempre) hay que escribir desde el punto de vista de una persona normal, o sea, ponerse en el pellejo de alguien normal, y simplemente describir rutinas suyas en algún ámbito de su vida.


Vale, vamos a ponernos en la vida de los estudiantes que vuelven a sus casas y no saben que o cómo, hacer cuando tienen que enfrentarse al mercado de la incertidumbre.


1. Vuelven tras haber salido de la Universidad con una mano delante y otra detrás, sin más bagaje que un papel al que ponerle un bonito marco y colgarlo en alguna pared para que su familia esté orgullosa. Sin embargo dicen por ahí que son la generación más preparada (¿preparada para el mercado? me preguntaría) de la historia.


2. No tienen experiencia, pero lo peor aún es que no la tendrán porque para conseguir un trabajo necesitan experiencia. Es, la pescadilla que se muerde la cola. Pero dicen por ahí que eso no es verdad, que no ofrecen trabajos becarios en ridículas y degradantes condiciones para que "cuente" como prácticas.


3. Están en su casa, sin ganas, desmotivados. Pero tampoco se hace demasiado por que le entren las ganas. Noticias negativas, gestiones nefastas. Aunque dicen por ahí que sí hay muchos recursos, trabajo, buena fe en la gestión, que no existe corrupción y que los están esperando.


4. Lo que se les ofrece desde el mercado laboral es miseria. Escuchan, ven y leen sólo miserias. Y sin embargo les dicen que se está viendo el final del túnel y que comienzan a observarse los brotes verdes.


5. Los que se atreven o pueden, se van al extranjero. Pero por ahí dicen que es la positiva movilidad exterior la que se los lleva para por supuesto luego volverlos a traer y aprovechar aquí su potencial.


Dicen tantas cosas, que mejor no creer nada.

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