Seguro que tendría los mismos problemas que los
emprendedores y empresarios de hoy, seguro que me agobiaría en cuanto no me
pagaran los clientes o tuviera problemas con los proveedores, seguro que me
pasarían mil cosas. Pero intentaría como fuera hacer lo siguiente:
Innovar.
Siempre estaría
innovando. Por lo menos innovando en mi cabeza y pensando en ideas de cómo mejorar
y ofrecer algo distinto, cómo hacer una promoción distinta a las típicas, cómo
decorar la tienda para que fuera distinta, cómo poder destacar con una idea y
no con una fuerte inversión.
Aunque finalmente me costara mucho trabajo sacarla
a relucir, pero al menos tener la actitud para intentar por todos los medios
desarrollarla y ponerla en práctica, y si finalmente no fuera posible, pues a
buscar otra.
Es verdad que un empresario también está limitado por el
tiempo, y la mayoría del mismo la tiene que dedicar al buen manejo de todas los
pormenores que tiene una empresa, que si impuestos, que si los trabajadores,
que si seguridad social, que si comprar equipamiento, que si se estropea algo,
que si proveedores, que si clientes, que si instituciones…. Y es difícil encontrar
algo de tiempo para la innovación.
Pero hay que hacer un esfuerzo adicional para ello. Sobre
todo porque ahí podría estar la clave del éxito, en ofrecer lo mismo que otro
pero de otra forma.
O quizás crear alguna cosa u ofrecer algún servicio que
nadie haya utilizado.
Entiendo que no lo hagan porque estén quemados de tanto y
tanto pagar, aguantar presiones y tener tantos dolores de cabeza, pero con un
poquitín de su parte, pueden tener ideas muy buenas, tan buenas como cuando
decidieron arriesgarse a montar un negocio.
La imaginación es un recurso que está infravalorado y se
utiliza menos de lo que se merece.
No se, quizás si me viera en la situación no podría pero ahora mismo, yo…lo intentaría.
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