En lugar de escribir algo sobre lo que viene a ser habitual en este rincón de Internet y a riesgo de provocarlo, voy a hablar del odio.
Algo que mientras lo arrastremos en nuestras vidas, no seremos capaces de dar un paso real hacia la verdadera cohesión que hace falta para mejorar el mundo, o al menos, la mínima parte del mundo en la que podamos influir.
Es una simple la reflexión, sobre lo que me da a mi la impresión que pasa aquí con el odio y las razones que lo provocan:
- Odiamos a los catalanes porque existe un grupo político o sector de su población que se quiere independizar y aunque ni conocemos sus razones, sentimos que si lo hacen están ofendiendo a nuestra patria. (Sin los deseos independentistas, los odiaríamos de igual manera porque son muy peseteros, porque hablan raro o porque están arriba, geográficamente hablando).
- Odiamos a los gibraltareños, a quienes viven allí y a los que desean que no siga siendo español. Aunque la gente pase hambre en la península y se suiciden por ser desahuciados, es más importante que el pedrusco nunca se pierda.
- Odiamos a los franceses, porque son franceses y a los italianos, por lo mismo. (Porque son italianos, no franceses).
- Odiamos a los EE.UU porque son el país con más poder económico, de allí son google, mcdonals, apple y porque tenemos asumido que tienen la mayor capacidad para influir sobre nuestras vidas, si no ellos, el gobierno de aquí, o el de Europa, o los bancos, qué más da. La culpa para el que sea (y con ello, odio, claro está).
- Odiamos a los moros porque quieren invadirnos y quitarnos el trabajo.
- Odiamos a cualquiera que sea de otro país y esté trabajando en el nuestro (mención especial chinos en todas sus variantes, y rumanos) Zás, nos han dado en toda la boca cuando las tornas han cambiado en este sentido.
- Odiamos a los empresarios porque son unos explotadores, y odiamos a los trabajadores porque son unos vagos.
- Odiamos a los de derechas porque son fachas, y a los de izquierda porque son comunistas.
- Odiamos a cualquiera que se vista de forma diferente a nosotros.
- Odiamos a cualquiera que piense de forma diferente a nosotros.
- Odiamos a cualquiera que tenga gustos diferentes a nosotros.
- Odiamos a los maricones, lesbianas y transexuales, porque están directamente enfermos, y no vaya a ser que nos peguen alguna ETS aunque estén "en el otro lado de la acera" cuando voy por la calle.
- Odiamos a nuestro vecino, a nuestro cuñado, incluso a nuestro hermano, simplemente porque le tenemos envidia.
Odiamos a tantas personas que no somos capaces ni de querernos a nosotros mismos.
¿No sería preferible dejar de odiar por razones absurdas y amar a quién tengamos a nuestro lado, sin distinción de color, raza, condición sexual, gustos o país? Quizás, amar a otras personas, es el primer paso para amarte a ti mismo y para dar otros pasos con los que llegar lejos en este mundo en el que nos han concebido a todos de igual manera para ser seres sociales.
- O quizás, odies todo lo que acabas de leer y a mí por habértelo presentado de esta forma.
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