- No saber qué
- No querer dedicarte nunca a lo que has estudiado porque realmente no te gustaba.
En el primero de los casos (no saber qué hacer), probablemente te veas saliendo de las puertas de la facultad y ya sentirás que sales con una mano delante y otra detrás (en parte por la nula o mala preparación para la vida real que te enseñan allí), quizás si haces un módulo, un ciclo formativo, puedas al menos tener unos conocimientos prácticos con los que te desenvuelvas mejor en el mundo laboral, en el mercado de la incertidumbre, aunque puede que tampoco te aclaren lo que debas hacer ahora.
Pero en cualquiera de los casos, la pregunta es la misma ¿Qué hacer ahora? Pues yo que ya no puedo dar marcha atrás para hacerlo, ahora que lo sé, haría lo siguiente:
- Planificarme mejor. Y digo mejor porque si no sabes qué hacer ahora, es porque mientras te formabas no pensabas en el siguiente paso, y eso es un error. Es necesario pensar en el siguiente paso mientras terminas el primero. No se si me explico.
- Más tarde, conocerme mejor a mi mismo. Qué se me da bien, qué hago a gusto, qué me satisface, cómo está el contexto, dónde tendría oportunidades, cómo lo compagino con mi vida, qué puedo dejar de lado y qué no, hablo un poco de ser consciente con los 2 contextos por los que nos moveremos cuando terminamos los estudios, el externo, y casi más importante, el interno, el propio, el personal, en el que nos centramos ahora un poco más:
Toca hablar del segundo de los casos (que no te guste lo que hayas hecho), lo primero que tienes que NO hacer, y bajo ningún concepto, es quejarte. Como decían en mi serie favorita, lo hecho, hecho está. Y no puedes volver atrás. Así que ponerse las pilas desde ya es la única solución y no pienses en el tiempo, porque el tiempo puede ser tu mayor aliado o tu mayor enemigo.
Debemos considerar que somos jóvenes hasta que nosotros mismos queremos, y que hoy, no ocurre como en el pasado, otras generaciones lo han tenido más fácil, pero también otras mucho más difícil. Por ello, mejor que no compares la situación. Además, esta, la actual, es completamente distinta, porque se abre un contexto delante nuestro tan dinámico que jamás había sido visto, que está lleno de incertidumbre y no es posible su comparación con uno anterior. Así que olvídalo, y haz todo lo posible para adaptarte a este nuevo escenario.
Si puedes y quieres, busca hacer algo que no consideres trabajo. Que te guste, que se te de bien. O perdón, no busques, haz lo que te gusta, y si no sabes, en lugar de buscar o pensar en lo que podría gustarte, prueba cosas nuevas. Probando es como sabrás lo que te gusta o no. Tu vida cambiará radicalmente si te dedicas a lo que te gusta, y como nunca te prepararon para salir de la universidad, serás tu mismo el que te estés adaptando a lo que te encuentres a la salida, sea bueno o malo. Haz que ello dependa de tí.
Mucho ánimo.
Hola Juanjo
ResponderEliminarSi hubiera un buen encaje entre estudios y empleo las dos situaciones que formulas tendrían fácil respuesta:
1.- Ya sabrías qué hacer, lo harías y en poco tiempo sabrías si te gusta o no. Si no te gusta prepárate para escuchar opiniones externas molestas de todo tipo.
2.- Lo normal es no acabar unos estudios que vas viendo que no te gustan. Esto también es complicado de afrontar, en especial por las opiniones externas mencionadas.
Un saludo
Antonio Fernández
Has dado en la clave nada más comenzar tu comentario Antonio "Si hubiera un buen encaje entre estudios y empleo..:"
EliminarAl no ocurrir eso, tenemos que hacer una labor antecesora de posibles errores nosotros mismos, o inculcando a quienes podamos la importancia que tiene saber lo que quieren/les gusta/saben hacer.
Muchísimas gracias por participar del debate con tan acertadas respuestas. Un saludo.