¿Y mañana qué?

Otra semana ha pasado, y ya estamos preguntándonos cómo será el día de mañana y la semana que tenemos por delante. ¿Será una buena semana? ¿Será una semana en la que aprovecharemos el tiempo? ¿Disfrutaremos de ella? ¿Seremos felices?


La respuesta aunque puede parecer compleja no lo es tanto porque sólo existe un matiz que se nos pasa por alto la mayoría de las veces: Que las respuestas a esas preguntas dependen de nosotros mismos. En la mayoría de las ocasiones por no decir en el 100 por 100.


¿Qué quieres hacer y conseguir mañana? ¿Te lo has preguntado, o simplemente vas a favor de la corriente sin que te importe dónde te lleve? ¿Serás capaz de alinear tus pensamientos, actitud y comportamientos a eso que quieres, o será un día más en el que seguirás odiando los lunes y maldiciendo tu mala suerte?


Cada día es una oportunidad que nos da la vida. Puede sonar a tópico, pero realmente es así, si somos suficientemente conscientes de que parte de nuestra felicidad depende de lo que nosotros seamos capaces de hacer para llegar hasta ella, tendremos una gran parte del camino ya recorrido y ni seremos conscientes de ello cuando ya estemos "manos a la obra".


Imagina lo bonito que sería el día de mañana acostándote sabiendo que has dado un pasito más en conseguir lo que realmente quieres.


Adaptarte al sistema impuesto por un contexto hostil, o andar a través del también frondoso pero esperanzador camino paralelo que tu vas construyendo y en el que la responsabilidad del éxito depende de ti. Tu decides.


Aunque te hagan creer otra cosa. Sí tienes elección y opciones. Siempre. Sólo tienes que creértelas. Y actuar en consecuencia.