Cuando hablamos de mercado laboral, de relaciones laborales, de Recursos Humanos, de empresarios, trabajadores, negociaciones colectivas, funcionarios, trabajadores públicos y Administración o sobre cualquier rama de el ámbito que abarca el gran mercado de la incertidumbre, como llamamos en este blog, estamos hablando de un contexto que envuelve a algo que a veces se nos olvida: Las personas, los seres humanos que se mueven en él y al que le afectan los movimientos que ocurren dentro del mismo.
No en pocas ocasiones, este mercado va tan rápido y que olvida la marca de agua de su contexto: "Economía Social de Mercado".
¿Perdona? ¿Social? Sí, exacto. Social. ¿Dónde queda la parte social de la economía de mercado? ¿Dónde queda la humanidad propiamente dicha? Pues en la marca de agua.
Es frecuente observar cada vez más que existen empresas que utilizan recursos en ese concepto que ahora a todo el mundo le gusta tanto llamado "Responsabilidad Social", pero que en definitiva y debajo de una capa de invisibilidad como Harry Potter, utilizan para realizar acciones de marketing y olvidarse del bien social que realmente está detrás de cada acción de responsabilidad social corporativa.
Por otra parte, están las condiciones que han llevado a nuestros queridos "magnates" o llamémosles como cada uno mejor quiera que han provocado que la riqueza mundial esté concentrada en pocas manos mientras nos engañan con eso de que el mundo debe ser globalizado. ¿Qué paradoja no? Concentración casi exclusiva de la riqueza dentro de una globalización / mundalización. (Concepto que teóricamente significa la unión no sólo de mercados, sino de economías, culturas e interdependencia, además de por supuesto democracia).
Al grano y a la opinión direta: En el mercado laboral no existe humanización, ni parte social que valga, al menos es lo que se nos demuestra casi cada día lo que vemos, sufrimos o nos cuentan.
El ser humano es humano porque vive en comunión con más humanos y el concepto de humanidad engloba el bien común del ser humano para con el ser humano, no del ser humano superior que presta un poco al ser humano inferior, eso es caridad, un concepto diferente y que no deberíamos utilizar en globalización ni en economía social de mercado.
¿Cómo hacer honor a nuestra humanidad? Muy fácil. Comportándonos con los demás seres humanos como queremos que se porten con nosotros. Haciendo que sus vidas sean lo más humanas posibles. No obligar a nadie a trabajar en condiciones denigrantes, ni siquiera en desigualdad, no discriminar, no someter a presión asfixiante, no provocar malestar y un así, hasta sin fin de ejemplos. Por supuesto, en los demás ámbitos de la vida también.
No hay más. Bueno sí, muchas palabras por decir sobre ello. Aunque lo más importante, como casi siempre, está en el interior de cada uno de nosotros. ¿Queremos realmente el bien de los otros?
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