Me gusta el sexo, ¿a quién no?. Y lo que tiene que ver con él, pues me atrae y llama en mi la atención y la curiosidad normal, como a cualquiera. Pero creo que con esto de las "50 sombras de Grey" se nos está yendo un poco de las manos el tema, ¿no?.
No lo digo por su éxito, que me parece respetable y comprensible, sino de toda la "cola" (jajaja...) que está trayendo y los ríos de tinta que está ocupando, indignando por una parte y siendo alabada por otra. Amada morbosamente o no, por unos y odiada por otros.
Sin haber leído la novela, ni haber visto la peli, tampoco puedo hablar con demasiado rigor, pero conociendo los ingredientes de la receta, a veces se puede vislumbrar cómo será el plato.
Los ingredientes de esta receta eran:
- Novela novedosa y muy atractiva.
- Temática erótica.
- Boca a boca y las redes sociales.
El éxito de la novela no iba a dejar tardar demasiado su salto a la gran pantalla, y así ha sido, provocando una movilización hacia las salas masiva, agotando las entradas con mucha antelación y creando una expectativa muy alta.
No voy a entrar en los valores morales, ni en la opinión personal que pudiera tener pues como digo, no he interiorizado la historia y lo que conozco del tema son cuatro apuntes como indicaba antes, lo que sí se, es que puedo analizar la perspectiva de otras novelas, que aún con su reconocida calidad literaria, jamás tendrían el tirón del señor Grey.
He terminado de leer la novela "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde, y por momentos, sobre todo su comienzo, me han parecido fantásticos. La forma de indagar profundamente en temas como el amor, la juventud, las pasiones, la inmoralidad o el valor de las cosas, hacen que en muchas novelas como éstas se introduzca al lector en una especie de ensoñación maravillosa donde descubre las verdaderas entrañas de las cosas y de sí mismo. Llegar a darle la vuelta a las ideas y pensamientos de las personas a través de sólo palabras me parece tan fascinante que no puedo expresar más que con algunas frases propias del libro lo que he sentido mientras lo leía.
Por eso, aunque el Señor Grey esté muy bien, que no lo dudo (aunque todavía no lo sé) me quedo con el Señor Gray, que ha despertado en mí no sólo morbo como dicen algunos que despierta el otro, sino un impulso a seguir ahondando dentro de lo más profundo de mi corazón y mi mente:
- En los días que corren la gente sabe el precio
de todo y el valor de nada.
- Amar es superarse.
- Para un hombre culto, aceptar las normas de su
época es la peor inmoralidad.
- Cada vez que se ama es la única vez que se ha
amado nunca. La diversidad del objeto no altera la unicidad de la pasión. Tan
sólo la intensifica.
- Todo delito es vulgar, de la misma que todo lo
vulgar es delito.
- Las cosas de las que uno está completamente seguro
nunca son verdad. Ésa es la fatalidad de la fé y la lección del romanticismo.
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