Una respuesta, unas palabras, un poco de charla, unas sonrisas, una imaginación que vuela, y que tras su paseo por el cielo de las ensoñaciones, aterriza convertida en ilusión. ¿Quedamos?. Si, pero me quedo cantando y tu te enfadas, aunque de broma. ¿o no? Venga. ¿Quedamos? Vale. Pero ahora voy yo con mis amigas.
Me han dicho que el amarillo, está maldito... pues amarillo. ¿Por qué no?
¡Me lleva a casa! Si, pero vamos despacio. Como aquella ilusión, que está brotando desde las primeras charlas y desde lo más profundo de mí, de ti. Como esas dudas. Como esas preguntas. ¡Lo que hizo aquella pregunta! Esta chica es diferente. Esta chica es buena. ¿La buena? La buena. Al menos en el presente, en tu presente. ¿Eres tú el bueno? Y si esta chica es una prueba, ¿cómo que una prueba? Sí. Porque no eres capaz de comprometerte ni contigo mismo, ¿o sí?. Como nunca lo sabrás, o pierdes la oportunidad y te arrepientes toda la vida o saltas. Al vacío. Pero de su mano. Tenlo en cuenta. No estás sólo.
Venga. Quedamos. Ahora a solas. Una cocacola, una terraza, una conversación, unos ojos que se miran de reojo, que se cruzan en miradas cómplices, que se dicen tantas cosas, se tutean, se preguntan, dudan, afirman, creen, piensan, sueñan. Una primera foto. De los 2. ¿Un filtro? Nos reímos. ¿Será el comienzo de otras muchas cosas juntos? Y tanto.
Bésame, suena bésame. Si no quieres no. Claro que quiero.
Vamos a la feria. A la playa. A las dunas que forma la arena, ¡hagamos la croqueta!. Nos damos un baño. En el mar, que se dice mar pero que es océano, como el que nuestra materia gris forma en nuestro cerebro, ese que ahora está completamente revolucionado. Por las miradas. Por los abrazos. Por más y más besos.
Música maestro. Neuronas, chocad!
Siempre se caen algunas lágrimas, esta vez son de alegría. Sonrisas. Siempre con sonrisas.
Me gusta hacer escape rooms, ¿eso qué es?. Algo que hacer contigo. Al igual que viajar. ¿Viajar? Viajemos.
Pero antes, merendemos. ¿El qué? ¿Crepes? Con chocolate por favor, ¡no!, ¡mejor con nutella! Y el chocolate lo dejamos para los churros. ¡Tampoco! Mejor con Nesquick.
Prepararé una cena romántica. Con velas. Con música. ¡Me encanta!, ¡nos encanta!, ¡qué vergüenza!. Pero también me gustan las hamburguesas, lo más grandes posibles. ¡Nos encantan! Que salga de ella y se me derrame la yema del huevo por las manos y me ponga perdido.
Un día de levante puede ser un día inolvidable. Nunca lo había imaginado.
Un faro puede ser no sólo un guía, sino el inicio de un camino. Guiado por estrellas fugaces.
Un lago, unos patitos, pero yo soy un cisne. Vamos al ci(s)ne, jajaja, qué te gusta bromear, vamos, aunque no me gustan de miedo. ¡Pues a mi me encantan!, ¡a mi no! No nos parecemos creo. Pero qué a gusto estoy contigo.
Amiga de amigos, de amigas y mía. Qué buena persona eres, qué corazón más grande. Estás en todo y para todo. Sólo quieres que tenga una sonrisa en la cara. No verme triste nunca. Quizás sí nos parezcamos más de lo que yo pienso.
No lo sé. Pero te quiero. Si. Te quiero. ¿Qué somos? 2 corazones latiendo fuerte mientras van juntos de la mano.
Me estoy dando cuenta de que ser un desastre y hacer cada cosa con cariño es igual a vivir momentos únicos. Sigamos viviéndolos. Ahora quiero bailar.
Bailaré contigo siempre, aunque sea en la distancia, aunque sólo nos separen los pocos centímetros de curvas cuando tu piel y mi piel se rocen. Bailaremos igual.
¿Visitamos aquella ciudad?. ¿La paseamos?. ¿La investigamos?. ¿Vienes a verme?. ¿Voy yo? Tengo mucho que enseñarte, podría ser tu guía, aunque también mucho que descubrir junto a ti.
Ahora no puedo. Hay una pandemia. Y estamos en cuarentena.
La que siente mi corazón a través de la pantalla cada noche tras hablar contigo sí que es una pandemia. Una de amor. Y eso que vienes reventada. Aplauso. Sanitario. Por ti. Por otros y otras. Aprovecho para darte las gracias. Una vez más.
Me gusta estar contigo, pero aprendo a no estarlo. A seguir queriéndote, mientras echo de menos un abrazo pero aprendo a valorar cada una de las conversaciones y actividades que hacemos juntos, porque estamos juntos. ¡Eso es ser novios¡.
¿Sabes desde cuándo? Yo no. Soy malísimo para las fechas. Tranqui, déjame a mi que soy una experta.
Los que se pelean se desean. Pues yo no soy de pelear. Pero me gustaría besar cada palmo de tu piel ahora mismo. Y ardo en deseos cada vez que me hablas.
No cambies de tema. Ni cambies nunca. Hablamos de fechas.
El tiempo pasa sin que nos demos cuenta ni seamos conscientes realmente del mismo, porque pensamos siempre en lo que pudo ser el pasado, o en lo que será el futuro. Yo, mientras pienso en tí en este preciso momento, sólo puedo disfrutar con toda mi alma de este momento, aunque desde aquella pregunta, haya pasado ya lo que para el resto de los mortales es un año, a mí se me ha pasado volando, como un golpe de viento, como un mareo, pero suave, agradable, que ha hecho que me suba la fiebre para no saber casi dónde ni cómo me encuentro, por ello tengo una pregunta:
¿Dónde está la farmacia? 😊
¿Para cuándo el segundo capítulo de esta entrañable primera novela romántica? Tus habituales lectores estamos ansiosos por leerte más.
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