ODA a Barbate, de nuevo.

Barbate, primavera, en la tele, libre de contagios. Barbate, verano, se autoconfina por el aumento del virus y también en todos los medios.


Barbate, capital, meca del atún y paraíso original. Barbate, sin poder crecer por la servidumbre militar y el parque natural.
Barbate, playa, turismo y mar. Barbate, la mayor tasa de paro de despeñaperros para acá, y también para allá.

Barbate, la que iba a iluminar con lucecitas las pirámides y el mundial. Barbate, la que a su gente trabajadora deja tirá.

Barbate, de los impunes que se pasean subvencionados. Barbate, la que espera a que algún día sean juzgados.

Barbate, de la que salen políticos hacia la cima. Barbate, a la que vuelven colocaditos en el puesto de su vida.

Barbate, la que tiene de enchufados llena sus instituciones. Barbate, la que a ver si me colocan a mi niño en un puesto en condiciones.

Barbate la de los diecisiete. Barbate, la de los fotógrafos, las farmacias, 8 años corre y vete.

Barbate cuánto potencial. Barbate, cómo dejas a tus jóvenes escapar...

Barbate yo no sé rimar, eso para mis amigos del Carnaval. Barbate, pero déjame seguir aunque sea en prosa un poco más…

Y es que Barbate es así. Desconozco la indiosincrasia de otros sitios, que no lo niego, seguro que tienen lo suyo, pero es que de verdad, aquí, no ganamos para disgustos... llámalos sorpresas, venga.

Somos así, si se hace una cosa, porque se hace; y si no se hace, porque no se hace.

¿Será porque lo tenemos todo que no conformamos con nada? Será.

Tenemos no, tienen. Porque Barbate es de unos pocos. Por desgracia, no es del pueblo. ¿Cuántas personas que lo darían todo por tí se han ido lejos para buscar el pan?

El resto del pueblo engañado vive como puede mientras unos pocos, han exprimido con saña el elixir de este delicioso zumo, que es escaso, y que no se ha querido repartir nunca. Por avaricia. Por maldad. Por incompetencia. Por rencor. Por envidia. Por individualismo.

Por lo que tú quieras. Encontramos tristemente un contraste alucinante con la buena gente que hay en el pueblo, que te lo da todo, que cuando viene un guiri o un chaval con greñas de afuera le ofrece hasta su casa. Por generosidad. Por bondad. Por serenidad. Por empatía. Por solidaridad. Por bien común.

Por lo que tú quieras. Pero por todo ello y por mucho más. No me queda otra que expresar una dualidad de sentimientos que de nuevo, vuelven a chocar una y otra vez más.

En definitiva ya lo sabes. Barbate, te odio. Barbate, te amo.


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