EL ESCRITOR MEDIOCRE

¿A partir de qué momento los escritores comenzaron a autodefinirse escritores?. ¿A tí eso no te parece ya un poco mediocre? Podría abrirse un buen melón con este debate. Pero no es la intención, sólo ocurre que tengo ganas de escribir de nuevo.

¿Es escritor el que simplemente, escribe?. ¿Yo en este momento lo soy? No lo creo.

En caso afirmativo entonces, estaría claramente demostrado que hay escritores de primera y escritores de segunda, éstos últimos, son los mediocres. ¿Por qué?

Fácil. La distinción es clara: Unos, consiguen que sus textos sean leídos, y a los otros no los lee absolutamente nadie. Fin de la cita.

No hombre no, vayamos un poco más allá. Que tengo milagrosamente ganas de seguir escribiendo.

¿Quiénes son los “más escritores” de los 2 grupos? Lógicamente los que pertenecen al primero. Joder, lo que tiene que ser hasta poder ganarse la vida con ello eh.

Pero, ¿y al segundo grupo?, ¿cómo lo catalogamos? Creo que lo hemos hecho ya, ¿no te parece?.

¿La mediocridad del segundo está marcada por su mala praxis a la hora de redactar, por su falta de método, de estructura lógica, por la poca o nula jerarquización de sus ideas, lo incomprensible de sus conceptos, o quizás simplemente es subjetiva, valorada por un tercero?. Como este considera que lo que lee es de poca calidad, ya podría considerarse al autor un o una mediocre.

¿Y si esta persona fuese capaz un día, de manera sobrenatural y por la gracia de Cervantes, de escribir algo que le guste a otra persona? Boom. A ver quién es el guap@.

Yo por supuesto, ya lo estás comprobarlo, pertenezco a la segunda clase. No estoy orgulloso de ello, ni mucho menos. ¿A qué escritor o escritora no le gustaría que absolutamente todo el mundo le leyera? Ya me estoy autodefiniendo como escritor, qué horror...

Quizás no sirva, o quizás la razón de ello esté en mi falta de continuidad, en mi poca constancia, en mi pequeña o ausente capacidad de concentración, en mi poca nutrición como lector este tiempo atrás, o en otras mil razones más que podría dar a modo de malas excusas o simplemente porque estoy bajo los efectos de un pecado capital que es en última instancia la falta de todo lo anterior, pereza.

Y no es que la pereza sea por escribir como tal, viene de la hiperestimulación que nos ofrece el día a día, cuando una persona intenta sin constancia conseguir alguna cosa, aprender a hacer algo bien, aquella entra en juego porque en nuestra vida tenemos una cantidad tan excesiva de estímulos, que nos han provocado, al menos en mi caso las ganas de querer hacerlo todo.

¿El resultado? No hacer nada.

Procastinación lo llaman ahora, vaya postureo, hasta para flojear.

Una cosa sí deben tener clara los que pertenecen a mi grupo, (no existe tal grupo, está claro que estoy hablándome a mí mismo idealizando algo haciéndolo genérico) que la mediocridad en la escritura no tiene nada que ver con la misma en otros aspectos de la vida. Porque hay escritores que son mediocres personas, mediocres amantes, mediocres amigos, mediocres familiares. Al igual que los que no son escritores. No vayan a creerse ahora más que nosotros. Uy, ya estoy siendo condescendiente con los que considero que son igual que yo, cuando no nos parecemos probablemente en nada. (Repito, o lo esté siendo sólo conmigo mismo).

Lo que si tengo claro es que el que escribe, nunca es mediocre para su corazón, porque lo que hace, le viene de ahí y eso es, desde luego, suficiente. Ya sea por una inquietud temporal o permanente.

Así que, permítete el lujo de ser mediocre si estás en mi misma situación, coño. Que eso no es malo. Sea en el ámbito que sea. Ya escribas, pintes, leas, cocines, o aprendas idiomas. Yo me lo voy a permitir a partir de ahora. Siendo mediocre con ganas, a lo mejor algún día pasamos al otro grupo, y si no, qué más da, siempre que el pan de tu mesa no dependa de ello (vale, idea para otro texto).

Los que lo hacemos, escribimos para que se nos lea, sí.

Pero también lo hacemos para desfogar.

Como tú cuando vas al gimnasio, y no ves resultados. Pues igual.