Partirse por la mitad

Tengo 27 años, y soy jóven.


Lo tengo asumido completamente, y aunque a muchos les agobie esa presión por la edad, YO SOY POKER, digo, yo soy jóven. El del poker es viejo (en realidad hasta él es jóven ya que no llega a los 40), aunque más quisiéramos que fuera aún más jóven para seguir viéndole marcar goles.


Sigamos que me desvío, soy jóven, y tengo un espíritu inconformista como tu, aunque en marcadas ocasiones no lo manifieste, como tu. Soy consciente de ello, y me he arrepentido ya algunas veces, pero aunque nos digan mil y una veces que hasta que no salgamos de nuestra zona de confort no seremos felices o que no comenzaremos a vivir, en ella se está muy calentito.


Pero es verdad que hay que salir si se quiere por lo menos cambiar, estar calentito no significa estar bien. Se puede estar calentito debajo de una manta en un sofá o en una cama, pero no estar bien de salud, estar triste y sólo estar viendo la tele, pues con esto pasa lo mismo.


El tema es que ese espíritu inconformista y jóven, una de las pocas veces que lo saqué a relucir, resultó ser un fracaso. ¿Por qué? Porque no me permitió dedicarme en cuerpo y alma a algo que yo deseaba, y para que tuviera éxito tenía que estar con mis fuerzas totalmente concentradas en ello, cosa que no hice.


Ahora, tengo la oportunidad de dedicarme en cuerpo y alma otra vez a ello, pero siempre, siempre, siempre, siempre, el destino, la casualidad, o las vueltas que da la vida, están ahí para mover cosas dentro de ti y hacerte dudar, preparando sorpresas, como esta vez.


Esta vez estaba todo planeado, planificado, y de repente... destino, casualidad, vuelta de la vida en la cara, que hace mover el espíritu inconformista, el espíritu joven que a veces se apaga y hace que pueda desviar otra vez la mirada de aquello que se supone que es mi objetivo.


Me gustaría partirme por la mitad. Pero no puedo.


Soñaré que puedo partirme en dos mitades y que cada una realiza una cosa. ¿Qué sucede entonces? Que existirán dos versiones de mi, una triunfará y otra perderá.


¡DISCREPO! ¿Y si en lugar de una ganar y la otra perder, ganan las 2? 


¡¡¡ Significa que cualquiera de las opciones que vaya a tomar sería la correcta !!!! 


Pero, ¿y si fracasaran las 2? Ahí es más complicado el tema, y realmente ocurriría que ninguna de las 2 era realmente adecuada para mi y debería haber planificado las cosas desde hace mucho tiempo de otra manera.


Pero vuelvo a la parte que más me ha gustado, la de soñar esta noche en que las 2 son correctas, y que en las 2 tengo éxito. Entonces la que tome, será la adecuada, la correcta forma de vivir lo que tengo por delante y la correcta por supuesto.


Cuando me despierte, no se si habré tomado una decisión. Y no se si en caso de haberla tomado, será verdad que es correcta, sólo se que escogiendo cualquiera de las 2, seguirá habiendo incertidumbre, dudas, preguntas, y el espíritu inconformista y jóven hará que quiera partirme por la mitad. 

Ey! He terminado de escribir una entrada cada día durante todo un año, te invito a que te pases por el mercado de la incertidumbre siempre que te apetezca, para leer y debatir si quieres cualquier cosa, sugerir cambios, mejoras, colaborar o dejar algún comentario.

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