Continuamos pasando por la semana grande del Curriculum
Vitae, y hoy un apunte, nos pensamos que sólo los que buscamos empleo tenemos
curriculum y que los grandes empresarios o grandes creadores no tuvieron que
buscar trabajo ni necesitar nunca un curriculum. Y nos equivocamos, hasta los
más grandes genios han tenido curriculums.
Los humanos siempre hemos tenido la idea de avanzar, sin
excepciones, y en el tema del trabajo también ha pasado lo mismo siempre.
He encontrado por la red un curriculum de alguien que no me
imaginaba que lo tuviera, pero es así. Se trata del Curriculum Vitae de
Leonardo Da Vinci. Exacto, el autor de la capilla Sixtina, de la Gioconda, del cuadro de la última
cena, y de muchas más obras importantes. ¿Es que le hizo falta alguna vez un curriculum? Pues sí.
Más bien se trata de una carta de presentación con las cosas
que sabía hacer dirigida al Duque de Milán, Ludovico Sforza il Moro,
describiendo las habilidades y las cosas que podría aportar respecto a nueva
tecnología utilizada en tiempos de guerra.
Si quieres ver cómo escribía realmente y cual eran los trazos de su escritura, aquí la carta tamaño completo donde se aprecia claramente.
“Ilustrísimo Señor
mío, después de ver y considerar suficientemente las pruebas de todos aquellos
que se llaman maestros y compositores de instrumentos bélicos, y toda vez que
la invención y operación con dichos instrumentos no están fuera del uso corriente,
me esforzaré , sin menoscabo de otras, en hacerme entender por su excelencia,
le abriré mis secretos y me pongo a disposición de su excelencia para llevar a
efecto y demostrar cuando lo estime oportuno aquellas cosas que en parte
brevemente se anotan a continuación:
1. Tengo proyectos de puentes
ligerísimos y fuertes, que se pueden transportar con mucha facilidad.
2. Sé cómo hacer el
asedio de un terreno para sacar el agua de los fosos y hacer un número infinito
de puentes, escaleras de cuerda y otros instrumentos.
3. Si por la altura
del terreno o por la fuerza del lugar y del sitio no se pudiese usar un asedio,
sé hacer bombas, conozco maneras de acabar con ciudadelas y fortalezas, aún
cuando estén construidas con roca.
4. Asimismo tengo
ideas para hacer cañones comodísimos y muy fáciles de trasladar, con los que
tirar piedras pequeñas como una lluvia de granizo.
5. Y si sucediera algo
en el mar, tengo planos de numerosos instrumentos utilísimos para atacar y
defenderse, incluyendo barcos que resistirían el fuego de los mayores cañones,
polvo y humo.
6. También conozco
modos de llegar sigilosamente a un determinado lugar por cuevas y pasajes
secretos, aunque para ello fuera necesario pasar bajo un río.
7. Puedo construir
carros cubiertos (tanques), seguros e inofensivos con los que entrar dentro de
las líneas enemigas con artillería, y no habrá compañía de hombres con armas
tan grade como para que los carros no la deshagan. Y tras ellos la infantería
llegará y los encontrará prácticamente desarmados y sin ninguna oposición.
8. Del mismo modo, si
fuera preciso, haré cañones, morteros y artillería de formas bellísimas y
útiles, fuera del uso común.
9. Donde no sea
posible usar cañones, diseñaré diferentes tipos de catapultas y otros
instrumentos de inmejorable eficacia muy diferentes de los comúnmente usados,
en resumen, dependiendo de lo que las variadas circunstancias dicten, diseñaré
infinitos artefactos de ataque y defensa.
10. En tiempos de paz,
creo que puedo darle tanta satisfacción como cualquier otro en arquitectura,
con la construcción de edificios públicos y privados, así como en la conducción
de agua de un sitio a otro.
11. Puedo realizar esculturas
en mármol, bronce o barro, así como pinturas, y mi trabajo puede compararse al
de cualquier otro, quien quiera que sea.
12. Además, yo podría
asumir la obra del caballo de bronce que sería una gloria inmortal y honor
eterno de la memoria feliz de su señor padre y de la ilustre casa de los
Sforzas.
13. Y si alguna de las
cosas mencionadas le pareciesen a alguien imposibles o no factibles, me declaro
dispuesto a hacerle una demostración en su parque o el lugar que prefiera. Vuestra
Excelencia, a quien me encomiendo con toda humildad.
Según sus diferentes biografías, Leonardo trabajó muchos años en Milán, así que parece ser que con esta carta de presentación le sirvió
para convencer al Duque.
Y la tuya, la has escrito ya ??? Ánimo !!!
Escribo una entrada
cada día de la semana (o al menos eso intento), te invito a que te pases por el
mercado de la incertidumbre siempre que te apetezca, para leer y debatir si
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