Gestionar un evento vs Gestionar personas

En Barbate hemos vivido el pasado fin de semana un festival de música a gran escala con artistas de nivel nacional como Juan Manuel Montilla (El Langui), el Canijo de Jerez, Tomasito o Mario Díaz, y a pesar de su rotundo éxito (ya necesitábamos en nuestro pueblo un evento de esta envergadura) existen algunas críticas respecto a la gestión del mismo. No tengo experiencia en la gestión de eventos, ni en gestionar personas (qué feo suena, "gestionar personas") digamos más bien que no hemos puesto en práctica los conocimientos del Máster en Dirección de RRHH en la vida real pero ambos, en ciertos aspectos, deben ser iguales.
Atún Music Festival Barbate

Intentaré explicar el porqué de esa similitud. De una forma clara y sencilla. Con 2 razones, claves para cada una.

1) No mentir.

Ni prometer resultados falsos. Tanto para organizar un evento como para gestionar personas no puedes mentir, en el evento del que hablo había un cartel con los artistas y al final del mismo un Dj que mezclaría unos temas y artistas invitados para finalizar el acto que no aparecieron por allí, obligando la organización a salir del recinto a la gente antes de tiempo poniendo de excusa que la policía había dado dicha orden, emplazándoles a que escucharan el resto del cartel en una discoteca cercana pero cobrando otra entrada.
Mucha gente se ha sentido ofendida y engañada, en las redes sociales se ha hecho notar. Mentira que podría perjudicar a los organizadores del evento.

Si trabajas en RRHH de una empresa, eres el jefe de personal, o el empresario, tampoco debes mentir nunca a los trabajadores, primero, no volverán a creer en tus palabras y segundo, la capacidad para que se sientan identificados con la empresa perderá mucha fuerza. Mentir no lleva a ninguna parte. Si tienes problemas para realizar el pago de nóminas por ejemplo, explícales lo que pasa, cuenta con su ayuda, con sus ideas. Buscad entre todos soluciones.
2) Empatizar.

Para organizar un evento a gran escala es necesario tener en cuenta las necesidades de varios grupos de personas: Trabajadores, artistas, asistentes al evento, vecinos cercanos... y no sólo las de los organizadores, que sin duda son los que asumen el riesgo e invierten, pero el no tener en cuenta la opinión de los demás o los problemas que pudieran surgir, sin duda les perjudicará para la próxima vez, con la asistencia de menos gente, la ayuda de las instituciones podría perderse y sin duda, su imagen podría verse dañada.

En la empresa, ¿qué podemos decir de alguien que gestiona (o que debe gestionar) el desarrollo de sus empleados? Pues que si no empatiza provocará la falta de implicación de los trabajadores, que no se sentirán parte de la empresa y que, desmotivados, serán mucho menos productivos. El absentismo laboral podría aumentar y todo serían consecuencias negativas para la producción y el ciclo de vida normal de la empresa.

¿Y qué es empatizar? A veces simplemente con preguntar y escuchar lo que necesitan los trabajadores, es suficiente. Saludarlos, ser amable, tratarlos como personas. Que debería ser algo inherente a la persona, sí. Y que luego debería venir el trabajo propio de RRHH, con la planificación de ese desarrollo personal de los trabajadores en función de sus perfiles, sus actitudes, sus necesidades y ponerlos en consonancia con los de la empresa, también.

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