UNA PREGUNTA

Una respuesta, unas palabras, un poco de charla, unas sonrisas, una imaginación que vuela, y que tras su paseo por el cielo de las ensoñaciones, aterriza convertida en ilusión. ¿Quedamos?. Si, pero me quedo cantando y tu te enfadas, aunque de broma. ¿o no? Venga. ¿Quedamos? Vale. Pero ahora voy yo con mis amigas.

Me han dicho que el amarillo, está maldito... pues amarillo. ¿Por qué no?

¡Me lleva a casa! Si, pero vamos despacio. Como aquella ilusión, que está brotando desde las primeras charlas y desde lo más profundo de mí, de ti. Como esas dudas. Como esas preguntas. ¡Lo que hizo aquella pregunta! Esta chica es diferente. Esta chica es buena. ¿La buena? La buena. Al menos en el presente, en tu presente. ¿Eres tú el bueno? Y si esta chica es una prueba, ¿cómo que una prueba? Sí. Porque no eres capaz de comprometerte ni contigo mismo, ¿o sí?. Como nunca lo sabrás, o pierdes la oportunidad y te arrepientes toda la vida o saltas. Al vacío. Pero de su mano. Tenlo en cuenta. No estás sólo.