El Post de un niño pequeño





"Mira, un bebé, qué lindo...un muñeco...pa comerselo"



¿A que se nos cae la baba más que a ellos cuando vemos a un bebé?



Pero concretamente ¿Qué sentimos cuando vemos a los niños? ¿Por qué se nos pone una cara de tontos que no nos la aguanta ni dios?



Cada vez que miramos la sonrisa y la mirada de un niño, nos vemos a nosotros mismos, llenos de ilusiones, llenos de vida, con cosas por hacer, nos sentimos que aún no hemos hecho nada, y que el camino está a punto de comenzar, y nosotros estamos deseando emprenderlo con la mayor de las ilusiones.



Disfrutando, jugueteando, riendo, llorando, pataleando, buscando, explorando y aprendiendo



Sabemos que ellos son el futuro, y cuando los vemos, queremos dar vueltas en sentido contrario a las manecillas del reloj y volver atrás en el tiempo, pero no podemos, así que la única salida que nos queda es sacar al niño que llevamos dentro....




Ardua tarea en muchos contextos y seguramente para más de uno, que ya lleva una completa vida de adulto, porque tiene un coche para dar paseos y gastar gasolina, porque está estudiando una carrera que no le gusta, o porque tiene un trabajo que no le llena y ohhh, tiene la suficiente madurez para todo eso, pero no para ver lo que le rodea, y dejar de aceptar todo tal y como es, como se lo han presentado desde que realmente era un niño, tan maduro que no es capaz de quitarse la mano de los ojos para ver lo que verdaderamente tiene delante y comenzar a pensar de otra forma.





Niños no tan adorables, pero reconozcámoslo, un disfraz genial ejeje




Pues seguro que nosotros,  con ganas y desde una visión optimista, podemos conseguir ver el mundo como un niño, a pesar de tener cuerpos de adultos, trabajos de adultos y vidas de adultos, por eso, cuando vemos un niño nos volvemos niños también.



Hablo de hacer todo lo que hacemos con la misma ilusión, hacer todo de forma que no nos frustre, de forma que lo disfrutemos, sin ansiar nada, yendo paso a paso (sí, se escribe Yendo, con “y”, aunque te haya parecido raro, lo he tenido que buscar y de paso he hecho un ejercicio de ortografía)



Por razones como esta nunca queremos envejecer, y también nos da miedo cumplir años.



Cómo solucionarlo? Vivir inmersos en un estado de niñez espiritual siempre, y realizar cualquier cosa que hagamos desde esa perspectiva. No debemos esperar para tener esa ilusión sólo cuando veamos a un niño pequeño por la calle, ese niño pequeño que tanta falta te hace para sonreír y que cuando lo ves, te traslada a un estado anímico que pocas veces tienes, está realmente dentro de ti.



Sácalo a jugar.

4 comentarios:

  1. Un post sincero, sensible y que llega. Felicidades. Me siento identificado por lo que dices y personalmente siempre intento tener al niño lo más fuera posible aunque el entorno me diga que no lo haga. Me gusta ser niño, tengo 28 años y soy un niño ¿y que? Ojala más de uno también lo haga. Un saludo campeón!

    ResponderEliminar
  2. Sigue así jose, nuestra felicidad es día a día, no nos frustremos por cosas que no merecen la pena. Se puede ser muy grande teniendo la vitalidad de un niño pequeño, y tu lo eres.

    Un abrazo y gracias por comentar

    ResponderEliminar
  3. Buen Post... interesante,hay que seguir jugando...

    ResponderEliminar
  4. Por supuesto Indhy, un saludo y muchas gracias por comentar !!!

    ResponderEliminar

Por cada comentario que dejes aquí, menos incertidumbre habrá en nuestro "Mercado". Gracias! Juanjo.