ODA A BARBATE


“No la necesitas, pero es que a mí me sale.

Porque eres el paraíso, ¡ay, mi Barbate!

Una vez más, pisando tu suelo,

otra mirada hacia ti, y respiro profundo de nuevo.

Me tocó crecer aquí, de forma fortuita,

¡Pero, ay! Por fin creo en el amor de por vida.”

Si de alguna cosa estoy seguro, es de las que no se hacer, y escribir este tipo de cosas es una de ellas, pero como dice la primera frase, hoy me sale.


Otra vez me siento a hablarte, mi pueblo, no sé si es por lo que te han maltratado siempre, o porque es obsesión, me pregunto si fuera de otro lugar, ¿sería o no capaz de sentir lo mismo? Supongo que sí, aunque nunca podré comprobarlo, viva o no en otras ciudades. Sea como sea, necesito decirte algo de nuevo.

En primer lugar gracias.

Porque no se puede ser más afortunado, la dicha de poder sorprenderme cada vez que vuelvo a notar tu temperatura, a mirar tus mareas, a respirar tu clima agradable o cuando siento tu calidez, son indescriptibles.

La vida está para descubrirla, y si te quedas en un mismo lugar siempre, estarás evitando la posibilidad de conocer experiencias variadas y alucinantes, pero vivir aquí, tiene que ser una de esas maravillas del mundo. Y no sólo lo digo yo, que tengo una inusitada subjetividad, pregunten, pregunten.

A algunos, nada y todo nos ata, nada y todo nos retiene, nada y todo nos obliga.

Pero volvemos una y otra vez rendidos a tus pies.

Qué tristeza siento cuando pienso en esa gente que te quiere y se ve forzada a estar lejos. Qué rabia, qué impotencia y qué de demonios me desgarran por dentro. Por culpa de esa otra gente que se aprovecha de ti, y que no son dignos. Yo sé que tú no los quieres. Y que, malditos sean, algún día pagarán todo el daño que te han hecho.

¡Ay! Menos mal que tú me calmas, con lo que me das y con lo que me haces vivir, tengo la necesidad imperiosa de disfrutarte, por mí y por ellos, yo que sí te tengo cerca, de momento.

Ya sabes cómo trabajamos por ti los que te queremos y no te tenemos, hablándoles a todos los que no te conocen de tus bondades, para que te visiten, para que sientan lo que sentimos nosotros, para que vean que no exageramos cuando contamos las historias que se adentran en tu interior, para que sean capaces de comprender que no lo decimos por gusto, que realmente esto es el paraíso, y que por más que viajemos, veamos, vivamos, más valoraremos la calidad que aportas a nuestra existencia.

Quizás tienes un verdadero secreto que no comprendamos jamás, quizás sea la mezcolanza de tu comida, tu entorno natural, tu potencial y tu gente, o quizás sólo seas un lugar al que queremos por inercia, porque el roce hace el cariño. Creo que sencillamente los que sentimos lo mismo por tí, somos parte de algo mucho más grande, que inseparable, no puede vivir ajeno a tu circunstancia, aunque estemos lejos, aunque cada vez sea más difícil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por cada comentario que dejes aquí, menos incertidumbre habrá en nuestro "Mercado". Gracias! Juanjo.