¿TE IMAGINAS?


Escritura, ¿que comienzo a cuidarte otra vez de forma más amable y continuada?


¿Te imaginas amigo, amiga, que hay otro confinamiento masivo y la gente vuelve a hacer las cosas que más le gustan y a valorar el tiempo con sus seres queridos? Visto lo visto, casi que otra vez sería necesario.


¿Te imaginas que el mundo por un momento recibe una descarga de amor desde el cielo, desde la inmensidad y todos comenzamos a apreciar la vida, a maravillarnos con lo espectacular que es, y a ser conscientes de que si no la aprovechamos y nos queremos, vamos a pasar por ella de la peor de las formas sin habernos merecido ese regalo?

A mi la verdad, es que me cuesta mucho imaginarlo, por eso, me voy a tener que conformar con leerlo aquí escrito y mira, así por lo menos damos un poco de rienda suelta a los mundos de yuppie que tienen gente los de Ms. Wonderful o yo en la cabeza, todos esos desquiciados.


Encima llega ahora San Valentín. ¡Es la excusa perfecta!


Venga jolines, querámonos un poquito todas, hagamos todos de esta vida algo más agradable llenando de amor cada circunstancia de nuestra vida.


Imagina que quieres, que aprecias, que amas a todos los seres humanos con los que te cruzas hoy, también mañana. También a esos cabrones que no se merecen ni que se les mire a la cara tras escupirles, sí, a esos también, aunque sea para tus “adentros”. Quiérelos, quiérelas, quiere al mundo.


Así conseguirías una gran victoria, en serio, la de no contaminarte, la de no consumir tu energía. Tan valiosa que es capaz de hacer verdaderas piruetas, encaje de bolillos. Imagínate que tienes la barrita cargada, la flecha en rojo, las pilas hasta arriba y consumes esa energía cada día para hacer lo que mejor se te da. Lo que más te gusta. Lo que de verdad hará que te sientas bien, lo que te nutre, lo que te hace feliz, en definitiva.


¿No estás aquí para eso? “En busca de la felicidad” se llamaba la película. Pero, ¿y “el durante”, qué?, ¡si eso es lo verdaderamente importante!. Porque tenlo claro, el futuro es incierto. Y puede ir a peor. Para cada una de las personas que estamos aquí. Y por mucho que estés elaborando un camino con esfuerzo que te lleve hasta algo, puede depender de ti o no, ese camino es susceptible de desviarse y hacer que tu objetivo al final se vaya al garete.


Por eso, si no disfrutas el camino tampoco, habrás perdido absolutamente todo el tiempo que tenías, “buscando” algo que podrías haber tenido durante la propia búsqueda ya que sí tenías la posibilidad por aquel entonces y las herramientas muy muy cerca, como la del amor.


El mundo. Unas arenas movedizas. Y todos tenemos pie y medio en ellas metido.


El otro pie, si nos apoyamos unos a otros, a lo mejor podemos coordinarnos y cogerlo para salir juntos de ellas, aunque luego en el desierto siga habiendo otros peligros peores.


Lo que no podemos es seguir con esta desconfianza que tenemos hacia los demás. Con ese odio hacia las personas que no son como nosotros. Con esa barrera que hace que, aunque vivamos en ciudades repletas de personas, estemos más solos que nunca. Y cada vez a peor. Así, estamos muertos.


Por favor, quiérete, queriendo a los demás. Aunque sean unos hdp. No hace falta que te cases con nadie.


Te quiero a ti que lees esto, y me gustaría gritar que quiero a todas y cada una de las personas que habitan este puto mundo de mierda, aunque entre todas y todos, nos lo estemos cargando. Siempre intento querer. Querer mucho. De la mejor forma que sé. Aunque sea una forma indecorosa porque a veces no me sirve ni para quererme a mí mismo. Mucho menos a los demás. Pero así es. Prometo en vano que lo hago siempre lo mejor que puedo aunque se que hay que esforzarse más.


Imagina que no sólo quieres a tu familia, a los tuyos. El otro día leí un cartel gigante en una iglesia que decía “Los tuyos, lo primero”, y no me gustó nada. Porque provoca ya de primeras rechazo hacia “los que no son tuyos”. TU-YOS. Posesión. ¡Pero si nacimos sin nada y nos vamos a ir sin nada! Y eso que es la propia iglesia la que nos lo recuerda! Los demás, también! El prógimo. No tú prógimo. Ainnn, las contradicciones, de verdad.


Carencia de solidaridad desde el minuto 1, hasta el 90. Y no sólo eso. Nos han enseñado desde chicos a competir, pero se puede competir con equilibrio, incluso saber perder. ¿Qué gana una persona que gana algo despreciando al que pierde? No vuelvo a ir más en mi vida a ver un partido de fútbol, al menos sin tapones en los oídos, qué barbaridad.


¿Te imaginas que fuera posible, ya hablando en serio, entre las personas, quererse de verdad?


Está difícil la cosa. Pero bueno, palante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por cada comentario que dejes aquí, menos incertidumbre habrá en nuestro "Mercado". Gracias! Juanjo.