Tener cara dura puede ser un símil perfecto de no tener miedo a nada
Cara dura no es igual a ser un convenido (que también)
Hay veces que se tergiversa éste concepto, puesto que hay
gente que tiene cara dura para aprovecharse de situaciones que sólo le
beneficien a él o ella en detrimento de otros. Aprovecharse para su única
conveniencia. Pero a eso no nos queremos referir en éste post, ese tipo de
“caras duras” para mí, no merecen ni
respeto, ni el párrafo que he escrito para ellos.
Cuando hablo de cara dura, hablo de no achantarse ante
situaciones que puedan alterar tu nerviosismo, atreverse a dar pasos que otros
no darían, adelantarse a acontecimientos, valorar antes que otro una idea,
arriesgarse. Tener cara dura es no tener vergüenza para hablar ante alguien o
para una determinada situación que a priori parecería vergonzosa.
Cuántas oportunidades has perdido en tu vida por no “echarle
huevos a la cosa” y no tener un poquitín de cara dura?
La cara dura a la que me refiero es que no te importa el qué
dirán, porque estás haciendo algo que crees que está bien, y no perjudicas a
nadie, la situación “supuestamente” comprometida es para ti, no para otros, y
si hablan otros sobre eso intentando perjudicarte que no te de la más mínima
importancia o te provoque la más mínima preocupación.
Y si esos que hablan de tu cara dura o desvergüenza intentan
desprestigiarte o herirte, hacer que con tu actitud, tu comportamiento y tus
razonamientos se queden los suyos en lo más cercano al ridículo, ya que se
demostrará que ellos no tienen razón en lo que dicen sobre ti y sólo se
mostrará que lo hacen por envidia ya que ellos no fueron capaces de echarle la
cara dura que tú si fuiste capaz de demostrar en aquella determinada situación.
El que tiene cara dura para una cosa, quizás no la tenga
para otras, por poner un ejemplo fácil y tonto, yo he tenido la suficiente cara
dura (tampoco hacía falta mucha) para atreverme a escribir un blog sobre
gestión de emociones en la búsqueda de empleo, y a escribir artículos de
opinión que ponen de manifiesto mis ideas sobre un determinado tipo de cosas.
Hasta ahí me sigues ¿verdad?
Pero si me dijeran ahora mismo de tener que explicar mis
motivaciones para crearlo delante de un congregado público probablemente aunque
lo intentara, mi cara dura no sería suficiente para afrontar la situación bien
y estoy seguro que haría el ridículo, puesto que no estoy lo suficientemente
preparado para ello, quizás por falta de confianza, o por falta de ilusión, o
por falta simplemente de práctica.
La cara dura también se adquiere con la práctica diaria, si
estás seguro de echar ese poquitín de valor es probable que lo estés porque
estás suficientemente preparado para echarlo, ya que te llevas preparando a
conciencia un tiempo para ello, sabes que afrontarás la situación, conversación
o prueba de la mejor forma, no estás preocupado si fallas en algo, y además no
te importará el qué dirán, ni te frustrará si al principio no hay resultados
positivos, estás totalmente convencido de que ya vendrán.
Tú estás contento con tu comportamiento, con tu trabajo, con
tu actitud, y con los resultados porque venir, vendrán.
Olé tu, porque has tenido…¡¡¡ Huevos !!!
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