Es una característica que no define a las
personas, pero quien la posee, tiene la capacidad de sorprender, alegrar,
animar, y satisfacer necesidades ocultas tanto suyas como de personas con las
que interactúa.
Habrá también personas a las que no les guste salirse de la
tangente que les gustan las cosas tal como supuestamente deben ser, rectas y predefinidas
aunque pienso estarán perdidos si la rechazan, sin saber que quizás en su
camino, un halo de espontaneidad les llevará a un lugar donde no se hubiesen
imaginado nunca.
Hay veces donde la espontaneidad puede ser una virtud, pero
cuidado, algunas veces será bien recibida otras no. Todo dependerá de la
situación del contexto y de la personalidad de quien la reciba.
En nuestro ámbito, si estás en una entrevista de trabajo por
ejemplo, o estás hablando con alguien que potencialmente puede ayudarte, y la
espontaneidad se une a la naturalidad y la franqueza de lo que estás diciendo o
de cómo te estás comportando, puede que te de una bolsa de puntos que
definitivamente determinarán que agrades a la persona que tienes enfrente.
Si por el contrario esa espontaneidad es rechazada por el
que te escucha, naturalmente tendrá razones para no querer contar con tus
servicios o no prestarte la suficiente atención y considerar que no le sirves.
Esto parecerá incoherente, pero quizás puedes controlar la
espontaneidad, cómo? Pues como la mayoría de las cosas en la vida, entrenando.
Si durante tu vida tuviste muchas situaciones espontáneas
pero que te perjudicaron, tendrás que limar esa característica y hacer que no
aparezca en situaciones futuras que puedan atraer más consecuencias negativas.
Si en cambio provocas lo contrario, puede que conviertas tu
espontaneidad en una habilidad especial y que te sirva para muchas situaciones.
Ya sea, en tu relación con nuevas personas que conozcas, ya
sea en el ámbito laboral, o en cualquier otra.
Recuerda, la mayoría de las veces, ser espontáneo significa
ser natural y se te agradecerá que te muestres tal y como eres para no que
nadie se lleve más tarde una sorpresa desagradable.
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