Hoy me siento muy orgulloso.
Orgulloso y motivado.
Se debe a la conversación que he tenido vía Internet con uno
de mis primos “pequeños”.
Este año va a cursar 2º de Bachillerato, y sabe que va a
sudar la gota gorda, que va a estudiar muchísimas horas para conseguir su
objetivo.
Su objetivo no es otro que obtener la máxima nota para poder
matricularse en la
Licenciatura en Medicina a la cual sólo se accede tras
obtener una nota de corte de las más altas de todas las titulaciones.
Él sabe que va a ser duro, él sabe que va a estar mucho
tiempo estudiando, pero lo tiene claro, su deseo es conseguir ser médico, y va
a luchar desde ya para conseguirlo.
Sabe que luego “va a estar media vida estudiando” como él
mismo me ha dicho, pero sabe también perfectamente que la otra media la va a
vivir al máximo y con la mayor de las felicidades, el saber que su ilusión, su
trabajo soñado, y la pasión por lo que le mueve, estén ya hechas, y que habrá llegado
al triunfo cuando realmente lo consiga.
Yo pienso que con esa actitud, ya lo ha conseguido, y a
pesar que para su máxima aspiración queden como mínimo 7 años, ya siento que lo
ha conseguido. Sólo por la forma como hablaba de ello, sólo con la motivación y
las ganas que tiene de ponerse “manos a la obra”.
Es la forma que debería motivar al resto de mortales a
llevar a cabo sus aspiraciones y sus metas. Luego con el trabajo y sin perder
la idea de tu proyecto, las cosas irán saliendo solas.
Yo siento que mi primo ya es médico, y mejor aún, él lo
siente también.
Por ello no hará falta esperar esos 7 años para poner ésta
última frase:
Él ya es médico.
Él ya es médico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por cada comentario que dejes aquí, menos incertidumbre habrá en nuestro "Mercado". Gracias! Juanjo.